Circuito por los Fiordos Noruegos
Circuito realizado en Junio de 2011 por Noruega.
Visitamos Stavanger, Bergen, Preikestolen y muchos otros.
En esta ocasión decidimos embarcarnos en un circuito organizado por Halcón Viajes. Para aquellos que os decantéis por un viaje organizado recomiendo el "modo carretera" en lugar del clásico crucero, ya que de esta manera se disfruta tanto de los fiordos en sí como de los paisajes del interior de Noruega. Además, si hay suerte, la presión de grupo puede ayudar a realizar paradas fuera de la ruta principal, ¡quién sabe!
Ahora sí, comenzamos, con algo de música para acompañar. Y no olvidéis compartir esta entrada, ¡pero únicamente si habéis disfrutado con ella!
Noruega Mapa Circuito |
Stavanger
Tras interminables meses esperando el día en que el avión partiera hacia tierras Nórdicas al fin había llegado el momento, y antes de darnos cuenta ya se oía el clásico pitido que alerta a los pasajeros de las normas a seguir durante el descenso. Nos encontrábamos en Stavanger, una pequeña ciudad pesquera al suroeste de Noruega, conocida como “la capital noruega del petróleo”.Ya instalados en el hotel, caminamos hasta el puerto. Claramente una de las zonas de ambiente de la ciudad, con música en directo en alguno de los pubs para los amantes de la música (como yo). Alrededor de las 11 de la noche, y aún con cierta claridad en el cielo, nos fuimos a descansar.
Stavanger (Pubs puerto) |
Preikestolen
En nuestro primer madrugón Noruega nos dio los buenos días a su estilo, lluvia y niebla, que lejos de arruinarnos la mañana proporcionó al ya de por sí bonito paisaje un aire místico propio de la mitología nórdica y sus leyendas. Navegamos por el fiordo de Lyse, realizando una pequeña parada para probar el agua que caía en forma de cascada de una de sus paredes. Una hora después comenzábamos el camino a pie hacia Preikestolen, el gran púlpito de roca.Noruega-Preikestolen |
Dos horas caminando por terrenos de montaña de todo tipo y la ayuda de un buen bocadillo de chorizo nos bastaron para alcanzar nuestro destino. El viento soplaba con gran fuerza por lo que nos vimos en la necesidad de echarnos al suelo para poder asomar la cabeza sobre el agua, que distaba 600 metros verticales de donde nos encontrábamos. Desde allí las vistas eran increíbles, el fiordo se fundía en el horizonte con la bruma que aún persistía. De vuelta ya en el hotel tocaba descansar para partir a la mañana siguiente rumbo a Bergen.
Bergen
Una vez allí pudimos pasear entre las estrechas calles que forman el barrio de Bryggen. Lugar pintoresco y con mucha historia, convertido actualmente en principal atracción turística de la ciudad, por lo que tanto los pubs como las tiendas de su interior tienen precios bastante (¡muy!) altos.Existe también un mercado de pescado donde poder probar, entre otras cosas, la carne de ballena, algo que resulta cuando menos curioso para aquellos que no lo hayan hecho antes.Además el idioma aquí no será un problema, el mercado acoge cada año a un gran número de jóvenes de distintas nacionalidades (nosotros encontramos varios españoles) que acuden a Noruega en busca de trabajo.
Podemos además subir en funicular (10€ ida/vuelta/persona) al monte Fløyen desde donde contemplar toda la ciudad. Las vistas son bonitas aunque, en mi opinión nada fuera de lo normal. Lo que sí recomiendo especialmente es "perderse" entre las calles donde realmente hacen vida los ciudadanos de Bergen, prácticamente ajenas al barullo turístico.
Calle Bergen (c/Strangebakken//Knøsesmauet//Zona Nordnes)No recuerdo el nombre de la calle de la fotografía. Estas son algunas similares. Como ya he dicho, es cuestión de "perderse".
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Región de Voss
Al día siguiente, a bordo de un autobús, partimos a través de la región de Voss. Aunque no sin antes realizar una parada que pilló por sorpresa a todo el grupo. Entre lagos azules e imponentes montañas apareció la cascada Tvindefossen.Gudvangen y Flam
Al fin a orillas del fiordo Sognefjord pudimos observar la vida cotidiana de los habitantes de Gudvangen, un auténtico pueblo vikingo. Tras comer en un restaurante, nos dirigímos a Flam, donde tomamos el famoso tren de Flam (ida/vuelta adulto unos 45€). El recorrido transcurre entre valles y cumbres aunque, como en el caso del funicular de Bergen, nada que no hubiéramos visto antes. Por supuesto, durante la estancia en Noruega.Tras coger el tren de vuelta nos dirigimos, en autobús, a un tranquilo pueblo cuyo nombre no recuerdo. Desde ese lugar partiríamos al día siguiente hacia el fiordo Nordfjord pasando por el fiordo de Sogne y el de Naeroy (Fiordo de los sueños)
Fiordo de Nærøy (Nærøyfjord) |
Aquí os dejo un vídeo que grabé desde el helicóptero. No es de una gran calidad, pero sirve para hacerse una ligera idea.
Glaciar de Jostedal
De
vuelta a tierra firme, tomamos de nuevo un autobús que, a través de angostas
carreteras, nos acercaría al glaciar de Jostedal. Una masa de hielo que
disminuye con el paso de los años y alimenta a su vez a un pequeño lago azul
turquesa que se forma a sus pies.
Valle Noruega-Entre Jostedal y Hellesylt |
Geiranger
Nos echamos de nuevo a la carretera para
pasar la noche en Hellesylt, cerca de Geiranger, nuestro próximo destino.Tras pasar la mañana siguiente por la zona, y comer en un elegante restaurante con vistas al fiordo, partimos hacia la región de Gudbrandsdal.
A través de la inhóspita tundra noruega y con la parada de rigor en el brumoso lago Djup, llegamos al municipio de Lom. El tiempo parecía al fin dar tregua y lucía el sol. Allí pudimos visitar una antigua iglesia vikinga situada en el centro de un bonito, aunque siempre inquietante cementerio.
Oslo: capital noruega
La aventura
nórdica iba llegando a su fin, aunque aún nos quedaba conocer la capital
noruega, Oslo.
Nos dirigíamos al museo de los barcos vikingos cuando escuchamos un gran estruendo a lo lejos. ¿Otra tormenta?, por desgracia todos nos equivocamos. Era 22 de Julio de 2011, día del trágico atentado terrorista de Noruega. Una explosión en el distrito gubernamental de Oslo seguido de un tiroteo en la isla de Utoya. Inevitable pensar en la cantidad de vidas perdidas y la cercanía en el tiempo de nuestro paseo por la zona de la explosión.